Dormir, es un ciclo sumamente esencial para nuestra vida cotidiana. Si al tratar de conciliar el sueño, te es difícil conseguirlo o despiertas recurrentemente a mitad de la noche, quiere decir que algo está yendo mal.

Ansiedad o estrés
Tener un nivel de estrés elevado puede afectar en gran medida a tu calidad de sueño, ya que es liberada la hormona del estrés (cortisol), induciendo a tu cuerpo en estado de alerta.
Pensamientos intrusivos o preocupaciones pueden verse presentes en tu subconsciente, como resultado, al manifestarse durante la noche no permiten un adecuado ciclo de descanso.
Problemas intestinales
Un desequilibrio en la flora intestinal puede desencadenar problemas gastrointestinales. Usualmente está asociado al consumo de cortisol, el cual, afecta de manera significativa a la flora intestinal. El desequilibrio genera problemas para degradar el triptófano, convirtiéndolo en serotonina, afectando al sueño.
Los probióticos pueden ser el remedio por elección para fortalecer tu flora intestinal.
Niveles de azúcar en sangre
Si tus niveles de azúcar llegan a ser inestables durante la noche, también pueden repercutir en tu sueño diario.
Los bajos niveles de azúcar pueden deberse a diferentes factores, uno de ellos es la alimentación deficiente. Al tener bajos niveles de azúcar en la sangre, se produce cortisol, resultando en el efecto mencionado en el primer punto.
Una dieta equilibrada puede ayudarte a mejorar en este aspecto. Visitar a tu nutriólogo es crucial para obtener una dieta correcta para el correcto funcionamiento del cuerpo.
Alcohol
Las bebidas alcohólicas (especialmente si son consumidas cuatro horas antes de conciliar el sueño) pueden repercutir sobre cómo descansamos durante la noche.
Fumar
La nicotina que contienen los cigarrillos actúa como un estimulante.
Cafeína
Una bebida adorada por muchos. La cafeína tiene también un efecto estimulante, repeliendo el sueño.
Deficiencias nutricionales
Carecer de vitamina D también repercute sobre el sueño, ya que tiene un papel importante en la producción de la melatonina (hormona reguladora del sueño). Algunos alimentos contienen la vitamina D, sin embargo, el sol es la principal fuente de esta vitamina. Tomar un poco de sol ayudará a completar satisfactoriamente tu ciclo circadiano sin interrupciones.
La falta de magnesio también puede ser un factor, ya que este elemento nos ayuda a aumentar los niveles del neurotransmisor GABA, responsable de ayudar al cuerpo a relajarse.
Desajustes hormonales
La menopausia, por ejemplo, puede desencadenar un desequilibrio hormonal, impidiendo el descanso. Los niveles de progesterona, cuando ocurre la menstruación, también es un factor que puede alterar el sueño.
Problemas en la toroides también pueden provocar un desajuste hormonal, generando inquietud e irritabilidad, impidiendo que descanses correctamente.
Apnea del sueño
Padecimiento que impide la respiración durante el sueño. Puede producir movimientos del cuerpo, resultando en la interrupción del sueño.
Nocturia
La necesidad de ir muchas veces al baño durante la noche puede deberse a la nocturia. Esta afección es provocada por bajos niveles de la hormona antidiurética.
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